Así vamos,
por algún extraño lugar al que me enseñaron a llamar mundo,
con el alma herida muchas veces,
pero infinita y en éxtasis muchas otras.
Es cierto que esto parece una danza y que siempre todo es más breve de lo que pensamos; es cierto que mi cuerpo ha comenzado a desaparecer y que ahora todo es tan extraño que resulta imposible describir con palabras.
El amor es la única paradoja que nos aleja de la mente y nos conecta con el corazón. Amor, una simple palabra prostituida por los miedos de nosotros los seres humanos. Amor, es lo único que podría darle sentido a mi corazón. Amor, espérame unos segundos que ya estamos juntos pero aún no podemos darnos cuenta.
Esto, a lo que me enseñaron a llamar vida, no puede seguir esperando a ningún pensamiento. Entonces me transformo en nubes, luego en estrellas, en árboles, en flores, en animales, en el mundo entero, luego en el universo.
Así voy,
a veces como volando, otras veces con la cabeza pegada a la tierra, escuchando las raíces de los árboles avanzar.
Luego me tranquilizo y siento que siempre todo va a estar bien. Porque todas las noches duran lo mismo y siempre llega nuevamente el sol.