"Desde esta oscuridad lejana reclamo mi derecho a despertar, a dejar esta dualidad, abandonando el deseo y la impaciencia, duros combatientes en este punto del camino.
A veces mi cuerpo se debilita para volver a ser fortalecido con las energías de un guerrero; que hasta hace poco habia estado completamente ciego.
Entonces uno despierta del sueño lánguido, uno entiende lo lejos que se ha extraviado de casa por seguir a un circo de poder, de sufrimiento, de gran lejanía con lo fundamental, con la virtud del hombre; el amor.
Llegamos al mundo libres, sin polaridad. Ahí el circo nos agarra, nos enseñan los trucos y comenzamos a practicar la rutina que, según el circo, nos corresponde interpretar.
Todo finalmente se hace muy complicado. Nos ofrecen comida, techo y una vejes con consideraciones para no llegar a la muerte solos y confundidos.
Entonces una vez en el circo perdemos de vista lo importante, el resto del mundo, el infinito que nos conecta con nuestra estampa de humanos, el que nos aleja del concepto individual y transforma nuestra conciencia donde la parte deja de importar.
Nos enseñan a perder la confianza en el universo y a asegurar el porvenir de la manera que el circo nos ofrece, finalmente para ellos la fuerza del universo no será lo suficientemente divina para proveer lo que necesitamos.
Entonces nos alarman, nos llenan de miedo para a continuación ofrecernos asilo junto a los demas, esos que están llenos de miedos, confiando en el circo y temiéndole a este universo divino del cual nosotros mismos somos parte.
Entonces un día llega un ángel y me invita a elevarme sobre el campamento del circo, y desde arriba, desde lo alto penetro en la claridad y me puedo dar cuenta que nada tiene sentido, que jamás he sido esa posibilidad que el circo construyo de mi. Me doy cuenta que al final sólo han logrado quitarme libertad.
Me voy del circo, el mundo es más ámplio, en el mundo cada árbol es lo que es, cada animal de la misma forma. Nadie tiene mascaras y lo único que importa es esta conciencia que sólo vive en un presente carente de pasado y de futuro, que vive en el eterno presente.
Entonces nos forman en filas y nos dicen: "Con la vista al frente y las manos a un lado".
Y la vida deja de ser sencilla, ya no podemos simplemente actuar según nos guste.
"Con la vista al frente y las manos a un lado".
martes, 15 de enero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario