Al final de todo terminamos siendo protagonistas y grandes héroes de nuestro mundo, antagonistas dentro de otros mundos, perversos para algunos, maestros para otros y adeptos de todo lo que nos envuelve, que finalmente no es mas que una sola cosa, nuestro corazón.
El bien y el mal se desdibujan a cada segundo, de pronto desde arriba de un árbol todo parece bueno y pequeño, pero sentado en la tierra, y mirando exactamente lo mismo, todo no es más que siniestro y la vida pareciera ser muy grande.
Dos lados de una misma cosa, dos lados que confunden, y el centro olvidado por nuestros miedos, nuestro corazón desterrado mientras nuestra mente anda en busca de importancia.
Ocho,
Cuatro,
Dos,
El corazón.
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